Tal y como dijimos la semana pasada, vamos a dedicar una serie de artículos a las conocidas como Iglesias Fernandinas, auténticas joyas patrimoniales de nuestra ciudad.
Estas parroquias tienen, cada una de ellas, varios rasgos que las hacen diferentes entre sí, sin embargo hay numerosos elementos comunes que nos permiten agruparlas con esta denominación de “fernandinas”. Algunos de estos rasgos comunes son:
- Se asientan sobre construcciones previas, por lo general sobre mezquitas de barrio, aprovechando la torre alminar para la construcción de la torre campanario.
- Los muros son todos de piedra con los sillares colocados a soga y tizón.
- Tienen planta de tres naves, la central más alta y ancha, ábsides abovedados con nervios longitudinales.
- Las puertas de acceso al templo son de estilo de transición entre el románico y el gótico. Son de forma abocinada y sus arcos son apuntados. Generalmente tenían tres puertas, la principal y dos laterales
- La techumbre era de artesonado mudéjar (en muchas ya desaparecido o cubierto por bóvedas barrocas).
- Decoración con rosetón gótico al exterior.
- En casi todas, las intervenciones barrocas son de gran importancia, alterando su fisonomía medieval, incluso ocultándola en algunos casos.
Fueron un total de 14 iglesias las que se construyeron repartidas entre el barrio de la Villa y el de la Axerquía. Así pues, las iglesias que se erigieron en la Villa, fueron:
- Santa María (hoy catedral).
- San Juan, conocida como San Juan de los Caballeros.
- Omnium Sanctorum o de Todos los Santos, ubicada donde hoy se encuentra la plaza de Ramón y Cajal, fue suprimida en el siglo XVIII y no nos han llegado restos conservados.
- San Salvador. Fue derribada a mediados del siglo XIX.
- Santo Domingo de Silos.
- San Miguel.
- San Nicolás de la Villa.
SANTA MARÍA, CATEDRAL DE CÓRDOBA:
Lo primero que llevó a cabo Fernando III “El Santo” en el momento de su entrada a Córdoba, fue poner la cruz, como símbolo del cristianismo y el pendón real sobre el alminar de la Mezquita aljama de la ciudad. A continuación, se dirigieron al interior y el obispo de Osma procedió a la consagración cristiana del lugar quedando bajo la advocación de Santa María.
Uno de los lucernarios correspondientes a la ampliación de Al-Hakam II fue el elegido para establecer la Capilla Mayor, la conocida como Capilla de Villaviciosa. Levantada entre los años 1257 y 1274 fue el lugar de cumplimiento de todas las obligaciones hasta 1607, momento en que todas fueron trasladadas a la nueva Capilla Mayor y fue entonces cuando se dedicó al culto y honra de Nuestra Señora de Villaviciosa, cuya imagen, correspondiente al siglo XIV, se veneró aquí.
IGLESIA DE SAN JUAN DE LOS CABALLEROS:
Fue el templo que originariamente daba nombre a la collación creada por el rey santo y fue cedida por él mismo a la Orden de San Juan de Jerusalén, también conocida como Orden de los Caballeros Hospitalarios, Orden Hospitalaria o incluso como Orden de Malta.
Aunque ha sufrido varias transformaciones a lo largo de la historia, mantiene el primitivo alminar islámico una auténtica joya del siglo X, que a pesar del deterioro que presenta, es el único alminar intacto de nuestra ciudad.
Desde 1880, se ocupa de la antigua parroquia, la orden de religiosas de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.
Continuaremos con el resto de iglesias fernandinas, en próximos artículos.