No quería dejar pasar más días sin comentar mi grata experiencia en la Noche Blanca del Flamenco.
Realmente fue mi primera noche blanca, pues por circunstancias de la vida, nunca he podido disfrutar de este evento como se merece.
La idea era dar una vueltecita y empezamos por el Alcázar Viejo, para ver la actuación que se iba a llevar a cabo en el Patio AVV Alcázar Viejo, «Patio de Morente. Homenaje al maestro».
Por el camino me iba riendo, porque parece que ni en mis ratos de ocio puedo salir de esa zona, el destino me llama a estar por allí, jeje.
El caso es que llegamos y cuál fue mi sorpresa, cuando vi que el barrio de San Basilio estaba todo decorado con velas, y los patios abiertos e iluminados con la tenue luz de las mismas. Yo pensaba que sólo el Viernes era cuando se iba a llevar a cabo «El Alcázar Viejo a la Luz de las Velas» y al parecer llevaban así desde el Jueves y acaban esa noche.
Encandilados por el ambiente del barrio (y nunca mejor dicho), nos dirigimos a ver el espectáculo, nos pedimos bebidas refrescantes, porque el calor de aquella noche no era ni normal, y como teníamos tiempo nos decidimos a visitar algunos patios antes de la actuación.
Que buena decisión y que maravilla!! De día están bonitos, pero de noche y con las velas, son impresionantes estos espacios, el olor a las flores es más intenso, las sombras creadas por la luz de las velas daban un halo de romanticismo a cada rincón, es para verlo y disfrutarlo, pues estos vecinos tienen gusto hasta para iluminar y resaltar ciertas zonas de su patio. El año que viene si lo vuelven a hacer, no dejéis de visitar este barrio.
Total, que entre copa y copa, patio y patio, al final se nos pasó la actuación y cuando nos dimos cuenta ya era hora de ir al siguiente punto que teníamos en mente visitar, que era la Plaza de Abades y tras un refrigerio, pues la noche es larga, llegamos al lugar.
Ya había gente esperando la actuación, en esta ocasión era: Flamenco y Música Árabe, ‘El Viaje del Mirlo’.
Desde luego mereció la pena la espera, hacía mucho que no veía algo tan bonito. La fusión entre el flamenco, con un cantaor que tenía una voz ronca de las que te ponen la piel de gallina, y la música árabe, interpretada por una cantante con una voz dulce que te transportaba, conjugaban como nunca pude pensar. Los instrumentos de ambos estilos musicales sonaban como si fuera el mismo, y el bailaor y las bailarinas fueron la guinda del pastel, sobretodo el baile entre la bailarina andalusí y el bailaor flamenco, me dejó con la boca abierta.
A mi me remontaron a ese tiempo en el que los miembros de diferentes culturas se vieron obligados a ser «nómadas» y se reunían en los caminos pasando noches juntos e interpretando cada cuál su música, su tradición y conjungándola con la del que tenía sentado al lado. Esos «nómadas» que interpretaban la música sefardí, la andalusí, etc. y que tanto influenciaron en el flamenco actual. Pensé: «- Esto que nos parece tan moderno, quizás fuera muy habitual en otros tiempos».
Y de corazón gracias a los realizadores de esta actuación por el rato tan delicioso y agradable que nos hicieron pasar.
Tras comentar lo que habíamos disfrutado con el último espectáculo, intentamos ir a otras placitas pero estaba todo muy lleno, así que decidimos irnos a la Plaza del Triunfo y allí nos animamos con Tomasito.
Conclusión, que lo que iba a ser una vueltecita para ver el ambiente, se convirtió en un «completo» de la Noche Blanca del Flamenco y acabamos con las claritas del día y comiendo jeringos rememorando viejos tiempos y contentísimos por la gran noche que habíamos pasado.
Desde aquí muchas gracias a organizadores, artistas, participantes y asistentes, de la Noche Blanca del Flamenco, que haya muchas más y mi más sincero ole, ole y ole!!!
PD: Ah! y a mis amigos por invitarme a dar esa «vueltecita» jajajaja 😉
Me alegro mucho de que la vivieras así, mis opciones no fueron tan buenas, no vimos nada y lo que es peor aun y, que por lo menos esperábamos, no oímos nada, porque fallaron los altavoces del patio de los naranjos, solo se oían los que estaban mirando al público de sillas, la primera pieza que canto, a capela, se oyó fantásticamente, pero ahí acabo todo. El patio de los naranjos a rebosar esperando oir a Estrella Morente y fallan los altavoces o lo que fuera, se perdió el embrujo y la gente empezó a hablar y a irse, que por cierto otro buen lío para salir
Ademas el ambiente en la calle era demasiado concentrado, y poco cuidadoso, demasiadas ambulancias recogiendo personas bebidas, demasiada basura, no se puede concentrar tantos espectáculos en una zona tan pequeña, todo estaba abarrotado y no se disfrutaba de nada. Todo esto, los organizadores tienen que tenerlo en cuenta, deberían remodelar la noche blanca, para que llegue a los barrios, así no todo el mundo iría al mismo sitio y facilitaría el disfrute de algún espectáculo a personas que no se pueden desplazar fácilmente, y llevar los espectáculos a espacios grandes como la axerquia y con mas salidas, La corredera es un espacio maravilloso, pero muy peligroso por las salidas que tiene a la hora de una evacuación por cualquier problema.
Y los ciudadanos debemos cuidar esta noche como oro en paño, ya que proporciona a la ciudad riqueza, hay que tener en cuenta que casi dependemos del turismo en la ciudad, y que buena falta nos hace, eso tampoco lo vi la noche del sábado, faltaba civismo en la calle, de eso solo tenemos la culpa los ciudadanos, nos meteremos todos y sálvese el que pueda
Espero poder disfrutar de ella mas el año que viene, que se retomen espacios grandes para los artista que arrastran mas personas y los espectáculos pequeños que suelen ser los mejores, como el de la plaza de Abades, en espacios mas reducidos, una pena que este espectáculo fuera tan tarde para mi, ya que me hubiera encantado verlo, soy admiradora del flamenco fusión, pero como estaba la zona no apetecía esperar en ningún lado